El pasado verano el Grupo Globartia tuvo que intervenir en la restauración del conocido mural dedicado al Camino de Santiago en Logroño, concretamente en el camino a la Grajera. En esta intervención se tuvo que llevar a cabo una limpieza intensiva de los grafitis y pintadas, y también un rediseño del propio dibujo.
Este mural fue creado inicialmente en el 2013 por el Equipo de Globartia compuesto por Carlos Corres y Carlos López-Garrido como resultado de un contrato con el ayuntamiento municipal con el que se tenía como objetivo la dinamización turístico/cultural del Camino de Santiago
El mural original
Cuando Globartia llegó a ver el espacio sobre el que tenían que diseñar el mural original se encontraron con unas paredes llenas de grafitis y pintadas. Eran pintadas sin un valor especial, firmas y garabatos.
A la hora de diseñar el dibujo quisieron dar protagonismo a esos grafiteros que ya habían
pintado y decidieron mantener gran parte de esas marcas incluyéndolas en el diseño final.
El mural es un conjunto de iconografías relacionadas con el Camino de Santiago y sus peregrinos. Son más de 45.000 los que atraviesan cada año por Logroño por lo que se les quiso también rendir homenaje dedicando el primer sector del túnel a ellos. Antes de entrar el pasaje se pueden observar una serie de sombras que forman la figura de los caminantes.
Antes de entrar al túnel, se hace un guiño a la arquitectura románica del camino, un pórtico, antes de pasar a otro tipo de representación, donde se suceden sombras, la noche y sus constelaciones, planos de iglesias, escultura, iconos, arquitecturas y finalmente un plano del norte de España con la ruta jacobea que se transforma en un
caballo ( haciendo referencia al caballo blanco de Santiago) y acabando con una gran Ñ de nuestra ciudad.
Reforma y rediseño
Debido al paso del tiempo, la lluvia, la humedad y las nuevas pintadas, el pasado verano se decidió que era momento de intervenir en el mural y darle un “lavado de cara”.
En esta segunda intervención el reto era quitar las pintadas realizadas sobre el propio mural para poder repintarlo. Muchas de estas pintadas estaban hechas con sprays y pinturas metalizadas o de carrocería por lo que hacía mucho más complicada su limpieza.
Siloclean, el producto que superó todas las pruebas.
Tras muchas pruebas el producto que mejor funcionó para la limpieza del muro y sus grafitis fue Sioclean gel. Es un gel basado en una mezcla de disolventes muy potentes para la limpieza. Tras unos minutos de absorción, la pintura y restos de silicona de la pared se ablandan y facilitan su limpieza reduciendo mucho el esfuerzo necesario.
Su retirada se llevó a cabo con utensilios del tipo de paletas y cepillos de acero ya. En esta segunda remodelación del mural se siguió dejando las pintadas en un plano secundario sin eliminarlas del todo.
